lunes, 12 de septiembre de 2011

CRÓNICAS DOMINICANAS VIII

En RD la política es muy importante. Como en el resto de los países, la política se ocupa de establecer las normas de convivencia entre humanos/as y de regir el orden de las relaciones entre entes públicos y privados, colectivos e individuales.
Sin embargo en RD significa mucho más. Ser de un partido político significa perder tu trabajo si tu partido pierde las elecciones, que si en tu comunidad hay alguna mejora infraestructural no se te beneficie, que si lideras alguna organización no seas atendido/a, escuchada/o.
Pero si eres del partido…la vida te sonreirá y conseguirás todo aquello que se te prometió cuando entregaste tu apoyo en las elecciones. Así es el caso que los/as candidatas/os a cargos políticos contratan los servicios de las personas influyentes en todas las áreas que estiman oportunas controlar para llevar una chapita con su cara y tratar de convencer la entrega del voto de las personas que conozcan creándose una pirámide de promesas-deudas que debe ser saldada al terminar las elecciones en caso de victoria. Claro, este funcionamiento genera una serie de gastos que son asumidos con alguna partida de los erarios públicos a que tienen acceso dichos puestos.
Los partidos políticos se identifican con colores diferentes, el blanco, el morao y rojo y la defensa de esos colores convierte a la política a nivel ciudadano en algo parecido a la rivalidad de los equipos de fútbol en España.
Todo el mundo conoce el mecanismo de la política, y tratan de obtener beneficios de ella apoyando a uno u otro partido, y aún así generan expectativas de cambio en el devenir del país (ji, ji, es increíble), porque entre uno/a u otro/a candidato/a. En fin, cosas inexplicables.

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