Hoy os deleito con una crónicas digitalizadas y con links a enlaces externos que nos ilustrarán con info de la buena. Haré exámenes en mi regreso asi que haced los deberes!!!!
Cuando un@ llega a RD lo sabe, incluso se da cuenta cuando llega al aeropuerto de origen del vuelo a Santo Domingo. La gente dominicana no tiene vergüenza de nada. Están orgullosas/os de ser el pueblo más bullicioso del planeta y lo claman a los 4 vientos. Generalmente son jóvenes (claro, el desempleo juvenil es el mayor de centroamérica http://www.hoy.com.do/el-pais/2009/1/22/263862/La-RD-tiene-el-mas-alto-desempleo-de-jovenes), que viajan a Europa o USA con el sueño de enriquecerse y poder regresar a su país con dinero suficiente para construir una casa o montar un negocio y sobre todo para ser admirados/as por las/os demás, porque eso es lo más importante para muchos/as de ellas/os. Claro las condiciones en el país dan para sobrevivir pero no para lebantar la admiración de las/os demás (la tendencia al consumismo es dramática). Sorprendentemente van vestidos/as con lo último en moda en el país en el que se encuentran trabajando. Son producto estrella las zapatillas, chandal, ropa deportiva en general NIKE (ni ke fueran de oro), y prendas de diseñadores DG, JPGaultier y esas vainas. El objetivo es llegar a RD sin dejar ninguna duda de que han triunfado en su aventura en “ahí afuera” que es como llaman a los países extranjeros.
Pa que os hagáis una idea de cuanta gente viaja podéis observar la tasa de migración neta de -2,2/1000 habitantes (http://www.indexmundi.com/g/r.aspx?c=dr&v=27&l=es).
El aeropuerto se encuentra invadido por una marea mulata por todos lados , no sé con cuántas horas de antelación se encuentran en el aeropuerto pero pareciera que viven alli. Imagino que están más que acostumbradas/os a esperar los medios de transporte de su país (conozco gente que queda esperando vehículos durante 2 y 3 horas sin pestañear), y sobre todo a aguantar la impuntualidad de sus compatriotas (no he vivido menor consideración por el tiempo ajeno en mi vida, las reuniones pueden llegar a empezar con 2 horas de retraso!!! y a nadie se le puede decir na de na!!).
Los/as dominicanas/os se distinguen rápidamente entre si y se suelen saludar con un “Qué es lo qué es, hermano!!??” que suena más bien como un “ke lo kelmano?!!” y un saludo complicado con las palmas de las manos y los dedos que terminan señalándose como si de pandilleros del Bronx se tratara. Se agolpan sin aparente orden alrededor de los mostradores de facturación sin respetar las normas que el resto cumple (deben creer que el resto es estúpido al cumplirlas) y conducen varios carros de aeropuerto con grandes maletas de cremallera donde transportan regalos, objetos para vender y los últimos modelos de la moda del año anterior.
EL embarque es lo más original, no he visto menos respeto por las colas y el turno de los demás nunca jamás. El orden no existe y los avisos por megafonía (“por favor, formen una sola fila para el embarque” “repetimos que solamente embarcan en este momento las filas de la 22 a la 37”)no son para ellos/as, la verdad es que son graciosos/as. Todos/as acercándose a una puerta por la que saben que no les dejarán pasar pero sin permitir que pase a quién realmente le corresponde con cara de bien no haber roto un plato o con molestia por no corresponderles pasar. Solamente era que las filas a las que daban paso eran posteriores a las que en sus billetes figuraban.
Todas las mujeres y hombres viajan bien vestidas/os y de una manera llamativa porque la llegada al aeropuerto de Santo Domingo es como la alformbra roja de Hollywood, el minuto de gloria que ningún/a dominicano/a rechazará, ya que en contra de lo que pudiera parecer en un país con ciertas dificultades económicas, uno/a atraviesa la aduana y se encuentra ante un grupo de gente agolpada a ambos lados de dos vallas con un gran pasillo por el que desfila los famosos/as amateurs que reciben con ensayada sorpresa los abrazos, besos y lloros de sus familiares que ansían tener alguien a quién ir a buscar para hacer la bulla en el aeropuerto. Eso sí, es necesario hacer un espectáculo del reencuentro. Si el/a dominicano/a que regresa se encuentra con que parte de sus familiares y/o amigos/as todavía no ha llegado o se encuentra en el baño, lo esperan en el pasillo ante todos/as para que vean cuán querido/a es y cuánto quiere a su gente.
Mientras, los/as espectadores/as del show lanzan gritos de emoción y de admiración y largos Ooooooooooohhhhhhhhh cuando una pareja se reencuentra delante de todo el mundo. Ji, ji es lo más parecido a una novela, la realidad.
Y es que también hay que comprender el largo tiempo sin verse que permanece alguna gente, pero eso si, la teatralidad con la que lo viven es puro patrimonio dominicano.
Tal vez por todo esto, el avión vuelo cargado de nervios, de emoción, la gente rememora con desconocidos/as los momentos gratos de su infancia o adolescencia en el barrio, y pronostican una noche de alcohol y desenfreno a su llegada, una señora me recuerda durante 30 minutos que el brugal en RD es diferente y que la cerveza no tiene igual. Parecen no recordar que lo que no tiene igual en su país es la corrupción a todos los niveles y la irresponsabilidad de sus instituciones y que esas fueron las razones por las que buscaron la salida hacia otro país.
Sin embargo y todo esto los y las dominicanas/os son gente encantadora, que siempre sonríen y tienen una capacidad increíble de ser felices de cualquier forma siempre y cuando haya una cervecita cerca.
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